Elegir el radiador es un poco como encontrar el jersey adecuado en invierno: tiene que mantenerte caliente sin asfixiarte, adaptarse a tus necesidades y, a ser posible, no suponer una carga excesiva para tu bolsillo.
Con todos los tipos de radiadores (eléctricos y no), potencias y materiales disponibles, es fácil sentirse abrumado. Sin embargo, con la información adecuada, encontrar el radiador que combine confort térmico, eficiencia energética y estética se convierte en un juego de niños.
Siga esta guía para saber qué es lo que mejor se adapta a su hogar y a sus expectativas, sin perder de vista su presupuesto.
¿Qué tipo de radiador es el mejor?
Elegir el «mejor» radiador depende de varios factores: el tamaño de la habitación, el aislamiento de la vivienda y los hábitos de los que viven en la casa. Para ayudarte a elegir correctamente, debes saber que los radiadores se pueden clasificar según su material y su modo de funcionamiento.
Radiadores por material
Si nos fijamos primero en los tipos de radiadores según su material, que juega un papel clave en el rendimiento y la estética de la calefacción, las principales opciones disponibles son: radiadores de hierro fundido, radiadores de acero y radiadores de aluminio.
- Radiadores de hierro fundido. Los radiadores de hierro fundido son la generación más tradicional de radiadores. Son más pesados que todos los demás y tardan en calentarse, pero una vez que alcanzan la temperatura, irradian un calor suave y duradero. Son ideales para el confort a largo plazo y son adecuados para viviendas bien aisladas. Pueden ser un poco complicados de instalar.
- Radiadores de acero. El acero permite que la temperatura suba rápidamente. Estos radiadores son ligeros, modernos y a menudo de diseño. Son ideales para calentar rápidamente una habitación, pero su inercia térmica es inferior a la del hierro fundido.
- Radiadores de aluminio. Ligeros y rápidos de calentar, los radiadores de aluminio son también muy eficaces para distribuir rápidamente el calor. A menudo se eligen por su capacidad de reacción. Sin embargo, su calor se disipa rápidamente una vez apagados.
Aunque los radiadores de acero y aluminio son atractivos por su rendimiento, es importante señalar que también brillan por su aspecto moderno y elegante. Con estos dos materiales, puedes combinar funcionalidad y estética para obtener confort térmico sin renunciar al estilo.
Radiadores por modo de funcionamiento
Si, en lugar del material, queremos tener en cuenta el modo de funcionamiento de un radiador, la forma en que calienta y el consumo de energía resultante, he aquí las principales categorías a considerar:
1. Radiadores eléctricos. Estos utilizan energía eléctrica para generar calor. Se dividen a su vez en:
- Radiadores de inercia. Funcionan almacenando el calor en un material (inercia seca) o en un fluido caloportador (inercia fluida). A continuación, este calor se distribuye de forma suave y uniforme, incluso después de apagarlo. Este tipo de radiador es especialmente económico y confortable.
- Radiadores convectores. Son radiadores eléctricos que calientan el aire haciéndolo circular a través de una resistencia. Calientan rápidamente, pero el aire caliente tiende a acumularse en la parte superior de la habitación, creando una estratificación del calor, menos confortable para el usuario.
- Radiadores forzados por ventilador. Estos radiadores están equipados con un ventilador que insufla aire caliente en la habitación. Son ideales para una calefacción rápida y puntual, sobre todo en cuartos de baño. Sin embargo, consumen más energía y no son adecuados para un uso prolongado.
- Radiadores de panel radiante. Funcionan irradiando un calor suave y uniforme, similar al del sol. Calientan rápidamente y proporcionan un buen confort térmico sin resecar demasiado el ambiente.
2. Radiadores hidráulicos (o de calefacción central). Son radiadores conectados a un sistema de calefacción central, que puede estar alimentado por una caldera (de gas, pellets, leña o biomasa) o una bomba de calor. El agua caliente circula por los radiadores, que distribuyen el calor por toda la habitación.
3. Radiadores híbridos (eléctricos + hidráulicos). Pueden funcionar en modo hidráulico o eléctrico, lo que los hace versátiles. Ideales para periodos de transición (primavera/otoño) o cuando la caldera está apagada.
¿Y los radiadores toalleros?
Los secatoallas merecen una mención especial, sobre todo si está pensando en equipar su cuarto de baño. Combinan funcionalidad y comodidad, calentando tanto la habitación como las toallas.
Disponibles en versión eléctrica o combinada (eléctrica y conectada al sistema de calefacción central), proporcionan un rápido aumento de la temperatura y aportan un toque de lujo a la vida cotidiana. Algunos modelos de inercia incluso mantienen el calor en la habitación, al tiempo que ofrecen un secado suave para sus toallas. El aliado perfecto para un confort óptimo después de la ducha o el baño.
Disfruta del calor y paga menos
¿Cómo saber qué radiador colocar en una habitación?
A la hora de elegir un radiador, el tamaño de la habitación es muy importante. Cuanto mayor sea el espacio a calentar, más potentes deberán ser los radiadores. En el caso de los radiadores de tamaño fijo, debe optar por un tamaño mayor o menor en función del tamaño de la habitación. En el caso de los radiadores de elementos, el número de elementos debe adaptarse a las necesidades de cada espacio.
El objetivo es crear una habitación que no sea ni demasiado caliente ni demasiado fría, partiendo del principio de que, según los expertos el confort térmico en invierno se alcanza cuando la temperatura alcanza los 19°/20°C.
Evidentemente, para instalar radiadores que cumplan todos estos requisitos, es necesario que un técnico experto inspeccione la habitación y, haciendo uso de sus conocimientos, proponga la solución ideal, basándose también en lo que se conoce como eficacia térmica, es decir, la potencia de un radiador expresada en vatios.
¿Cómo se calcula la potencia en vatios de los radiadores?
Para calcular la potencia o rendimiento térmico de los radiadores y poder disfrutar de una habitación bien caldeada sin derrochar energía ni dinero, es necesario conocer una serie de factores.
Además del volumen de la habitación, hay que tener en cuenta el nivel de aislamiento de la casa, la temperatura deseada en las distintas zonas a calentar, la presencia de otras fuentes de calor, como una chimenea o una estufa de pellets, y la zona climática.
En general, el cálculo se hace multiplicando el volumen de la habitación (expresado en metros cúbicos) por un coeficiente que varía entre 25 y 50 vatios por metro cúbico, según el aislamiento y la zona climática. Sin embargo, es importante saber que esta fórmula sólo puede ser utilizada por particulares para obtener una estimación de la potencia necesaria en una habitación o vivienda, ya que, como hemos dicho, sólo un técnico cualificado puede realizar un cálculo térmico correcto.
El técnico también tendrá en cuenta otros factores como el tipo de sistema de calefacción de su vivienda (monotubo o bitubo) o la distancia entre ejes del radiador, es decir, la distancia entre el tubo de impulsión y el tubo de retorno de agua, dos elementos técnicos que pueden influir mucho en la elección del radiador.
¿Qué superficie calienta un radiador de 1500 W?
Un radiador de 1500 W es ideal para calentar una superficie de entre 15 y 20 m², siempre que la habitación esté bien aislada. Esta estimación se basa en una simple regla empírica: para una casa bien aislada, se necesitan unos 100 vatios por m². Sin embargo, si su casa es antigua o está mal aislada, es mejor prever una potencia ligeramente superior, entre 120 y 130 vatios por m². Un radiador de 1500 W podrá calentar eficazmente una superficie de unos 12 a 13 m² en estas condiciones.
No olvides que hay otros factores que pueden influir en esta estimación, como la altura del techo (en una habitación con techos más altos, tendrás que aumentar la potencia), la exposición de la habitación (norte o sur) o el número y la calidad de las ventanas.
¿2000 vatios son muchos?
2000 vatios son suficientes para calentar una habitación grande, como un salón de 20-25 m². Para espacios más pequeños, como un dormitorio, un pasillo o un cuarto de baño, suele bastar con un radiador de 1000 a 1500 vatios.
Sin embargo, como hemos dicho antes, la potencia necesaria también depende del aislamiento de la casa. Una casa bien aislada necesitará menos vatios que una mal aislada. Tenga en cuenta que «más potente» no siempre significa «más adecuado».
¿Qué radiador consume menos electricidad?
Como siempre decimos, el radiador más eficiente energéticamente es, sobre todo, el que mejor se adapta a sus necesidades y a su vivienda. La eficiencia energética de un radiador y el ahorro resultante dependen más de su uso óptimo que del modelo concreto.
Una buena gestión de la temperatura del hogar mediante dispositivos inteligentes, como los termostatos inteligentes cuando se aplican a determinados tipos de radiadores, puede contribuir en gran medida a reducir la factura energética.
Estos dispositivos, que se conectan fácilmente a todo el sistema de calefacción, permiten una gestión inmediata y precisa del suministro de calor al interactuar constantemente con las personas que viven en la casa a través de su teléfono. Toda la información sobre la temperatura puede obtenerse a distancia.
También están equipados con algoritmos avanzados que aprenden nuestros hábitos diarios y semanales, ajustando de forma autónoma los grados internos de las diferentes habitaciones en función de la hora del día y de cómo se utilizan. Además, gracias a unos sensores que detectan la apertura de una ventana cuando el sistema está activo, también pueden interrumpir el suministro de calor para evitar pérdidas innecesarias.
Funciones que optimizan el consumo de energía y reducen las facturas, para que su hogar esté siempre cálido y confortable.
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