Los ruidos en los radiadores son un problema más común de lo que parece y suelen sorprender a quienes disfrutan de la calefacción de su hogar. Aunque no siempre indica una avería grave, es importante entender por qué ocurre y cómo solucionarlo para mantener el sistema en buen estado.
En este artículo te explicamos de forma clara y práctica las principales causas por las que un radiador silba, cómo identificar si tiene aire en su interior y cuándo puede tratarse de un daño más serio.
¿Por qué silba un radiador?
El radiador silba generalmente debido a problemas de aire atrapado, presiones incorrectas o pequeñas obstrucciones internas. A continuación te contamos las causas más comunes:
- Aire en el sistema de calefacción. Cuando se acumula aire en el interior del radiador, se forman burbujas que generan un silbido al desplazarse con el agua caliente. Es uno de los motivos más habituales y fáciles de solucionar.
- Presión de agua incorrecta. Si la presión del sistema es demasiado alta o demasiado baja, puede alterar el flujo del agua dentro de las tuberías y producir un silbido continuo o intermitente.
- Obstrucciones internas. La acumulación de residuos orgánicos, óxido o cal puede dificultar la circulación del agua, causando ruidos extraños como gorgoteos o silbidos agudos.
- Problemas en las válvulas o termostatos. Una válvula defectuosa o mal regulada puede generar un paso de agua irregular, lo que también produce un sonido de silbido.
- Instalación incorrecta. Si las tuberías o los radiadores no fueron instalados de forma adecuada, las diferencias de presión y flujo pueden derivar en ruidos constantes.
La buena noticia es que, en la mayoría de los casos, la solución es muy simple y no necesita de grandes reparaciones.
¿Cómo saber si tu radiador tiene aire?
Uno de los indicios más claros de que un radiador tiene aire es precisamente el silbido. Pero también puedes fijarte en otros síntomas:
- Radiador caliente abajo pero frío arriba. El aire tiende a acumularse en la parte superior, impidiendo que el calor se distribuya correctamente.
- Ruido de gorgoteo o burbujeo. Además del silbido, puedes oír burbujas de aire desplazándose en el interior.
- Calefacción menos eficiente. El radiador tarda más en calentar la estancia o no alcanza la temperatura deseada.
¿Cómo eliminar el aire de un radiador?
Sangrar el radiador (o purgarlo) es una tarea sencilla que puedes hacer tú mismo:
- Apaga la calefacción y deja que el sistema se enfríe.
- Usa una llave de purgado (o un destornillador, según el modelo) y gírala lentamente en la válvula de purga, ubicada en la parte superior del radiador
- Deja escapar el aire hasta que empiece a salir un flujo constante de agua.
- Cierra la válvula y limpia cualquier resto de agua.
Tras purgar todos los radiadores de la casa, recuerda revisar la presión del sistema y ajustarla si es necesario.
¿Cómo me doy cuenta de que el radiador está dañado?
Aunque el silbido del radiador suele deberse a problemas menores, es importante saber detectar si existe un daño más serio que requiere intervención profesional:
- Fugas de agua. Manchas de humedad, goteos o charcos cerca del radiador indican que hay una fuga. Esto puede ser consecuencia de corrosión interna o juntas deterioradas.
- Radiador muy frío. Si el radiador sigue frío a pesar de purgarlo correctamente, puede haber una obstrucción importante o un fallo en el circuito.
- Óxido visible. El óxido debilita la estructura del radiador y puede llevar a fugas graves. Además, afecta el rendimiento térmico.
- Presión del sistema inestable. Si después de purgar el radiador la presión sigue siendo irregular o baja constantemente, podría ser señal de un problema en la caldera o en las conexiones.
- Sonidos metálicos fuertes. Chirridos, golpes o ruidos metálicos intensos son señales de alerta que indican un fallo en la instalación o un deterioro interno.
Ante cualquiera de estos síntomas, lo ideal es contactar con un técnico especializado. En algunos casos basta con reparar componentes específicos; en otros, es más recomendable reemplazar el radiador para evitar mayores daños o pérdidas energéticas.
En conclusión, si notas un silbido en tu radiador, no entres en pánico: en la mayoría de los casos es un problema sencillo relacionado con el aire atrapado o pequeñas irregularidades en el circuito de calefacción. Siguiendo unos pasos básicos de purgado y mantenimiento puedes solucionarlo fácilmente.
Sin embargo, si el problema persiste o aparecen signos de daño más serios, lo mejor es consultar con profesionales. Recuerda que un radiador en buen estado no solo calienta mejor, sino que también ahorra energía y alarga la vida útil de tu sistema de calefacción.