En lo alto de los tejados de Roma, este apartamento combina armoniosamente elementos clásicos y contemporáneos. Es espacioso, pero íntimo; elegante, pero discreto. Renovado por la arquitecta Serena Romanò, este espacioso apartamento logra un equilibrado balance entre las múltiples facetas de la vida doméstica. Con vistas al refinado barrio romano de Parioli y enclavada en un frondoso jardín, esta casa de principios del siglo XX está habitada por una familia de cuatro miembros.
El rediseño abarcó todo el apartamento y se guió por el deseo de los clientes de crear espacios interconectados divididos únicamente por el mobiliario.
«Los propietarios querían espacios abiertos y luminosos, pero también tranquilos e íntimos. Imaginaban estancias amplias para recibir a sus invitados, como la terraza y el salón, junto a zonas más privadas e íntimas. La sala de estar debía ser abierta y ventilada, conectada con las distintas zonas funcionales de la casa y con el exterior, mientras que la cocina debía seguir siendo independiente», explica el arquitecto.
La intención era conservar la belleza de la luz natural y el entorno verde del parque en el que se encuentra el apartamento.
Las habitaciones están definidas por librerías y techos suspendidos, y los elementos que aportan el carácter distintivo del piso son el parqué italiano en espiga, el mármol, la carpintería antigua y una chimenea Comino.